La Directora de la Escuela "Artigas" Daniela Devincenzi, el Señor Embajador, Federico Perazza y la Señora Cónsul, Alicia Perrone en momentos de la inauguración de la muestra que fue donada por la Embajada de Uruguay en Paraguay.
A continuación se presenta la información que con motivo de la inauguración de la muestra en el
Centro Cultural "El Cabildo" se brindaba con motivo de presentación de la misma.
Presentarán muestra con fotografías y trofeos de guerra
de la Triple Alianza
VIERNES, 30 DE ENERO, 2015
CONFERENCIA DE PRENSA EN EL CABILDO
*Conflicto fue uno de los primeros fotografiados en la historia de la humanidad
Este lunes 2 de febrero, a las 11:00, tendrá lugar una conferencia de prensa, en el Salón Auditorio del Centro Cultural de la República El Cabildo. En la ocasión, Margarita Morselli, directora general de CCR El Cabildo, y Federico Perazza, embajador de la República Oriental del Uruguay, se referirán a la muestra “Memoria viva de una Deuda Histórica. Guerra de la Triple Alianza”.
La exposición, que será habilitada el jueves 5 de febrero en CCR El Cabildo, permanecerá abierta al público durante quince días. Incluye fotografías y trofeos de guerra devueltos por el Gobierno del Uruguay a nuestro país.
“Son 21 fotografías que están en poder de la Biblioteca Nacional del Uruguay y que van a ser expuestas en El Cabildo, al igual que los trofeos que Uruguay devolviera oficialmente en 1885 al gobierno paraguayo. Creemos que es una muestra que va a poner en valor cuál es la postura del gobierno uruguayo sobre ese conflicto bélico”, expresó Federico Perazza, embajador del Uruguay.
Una de las primeras guerras fotografiadas
También agregó que una de las principales características de la guerra del Paraguay es que fue una de las primeras guerras fotografiadas en la historia de la humanidad “junto con la guerra de Crimea y con la guerra de Secesión de los Estados Unidos. Entonces parece importante que el pueblo uruguayo contribuya a reconstruir esa memoria histórica exponiendo 21 fotografías de las más de 3.000 que tiene en su poder”.
“En el marco del 150 aniversario del inicio de las hostilidades que condujeron a las guerra del Paraguay, y a 130 años de la entrega oficial de los trofeos de guerra del gobierno uruguayo a Paraguay, creo que son dos fechas que encajan muy bien en esta muestra fotográfica”, explicó.
El criterio de selección estuvo a cargo de la propia Biblioteca Nacional del Uruguay que identificó las 21 fotografías más acordes a las dos fechas recordadas. “Son fotografías que tocan varios aspectos importantes: está la muerte del General Valleja, en la batalla de Boquerón, que es muy importante para la historia militar uruguaya, hay fotos sobre prisioneros de guerra, hay fotos crueles que demuestran lo que fue este conflicto, cadáveres que están expuestos, también hay fotos sobre los hospitales, hay fotos sobre distintos pasajes de la guerra que me parece que son conocidos y que sería bueno que tanto uruguayos como paraguayos pudieran conocer con mayor profundidad en esta muestra”, finalizó.
Más detalles acerca de la muestra:
“Memoria viva de una Deuda Histórica”
La razones que impulsan esta Exposición
El año 2015 representa una doble evocación para uruguayos y paraguayos. Por un lado, asistimos al 150 aniversario del inicio de la Guerra de la Triple Alianza (1865 – 1870). Por otro lado, se cumplen 130 años de la devolución de los Trofeos de Guerra por parte del Gobierno del Uruguay al Paraguay (1885). Es en este marco en que la Embajada del Uruguay en el Paraguay conjuntamente con el Centro Cultural de la República El Cabildo organizan una muestra única de fotografías originales, piezas históricas y trofeos de Guerra con un objetivo excluyente: mantener la “Memoria Viva de una Deuda Histórica”.
El historiador francés Pierre Nora señala que “La memoria es la vida. Siempre reside en grupos de personas que viven y, por tanto, se halla en permanente evolución. Está sometida a la dialéctica del recuerdo y el olvido, ignorante de sus deformaciones sucesivas, abierta a todo tipo de uso y manipulación. A veces permanece latente durante largos periodos para luego revivir súbitamente”.
Los organizadores de esta singular Exposición pretenden – a través de la exhibición de imágenes reales, piezas históricas y armas utilizadas en el conflicto – contribuir al proceso de reconstrucción objetiva de un acontecimiento bélico que dejó marcado para siempre la identidad nacional de los cuatro Estados participantes.
A lo largo de toda su vida independiente Uruguay y Paraguay han dado numerosas muestras de acercamiento y genuino afecto, no obstante el trágico desenlace de esta Guerra contra el Paraguay.
Pocos años después de concluido este infame conflicto, el Gobierno uruguayo condonó las deudas de guerra con la firma del Tratado de paz, amistad y renuncia al cobro de los gastos de guerra, rubricado por el Canciller paraguayo Don José Segundo Decoud y por el Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Uruguay ante el Gobierno paraguayo Don Enrique Kubly (1883). Este acuerdo tuvo como ineludible paso posterior la devolución por parte del Gobierno del Uruguay de los trofeos de guerra al Paraguay (1885), los cuales son exhibidos en esta Exposición merced a la generosa autorización del actual Gobierno paraguayo.
A principios del siglo XX se sucedieron nuevos gestos entre ambos Estados que evidenciaron una nueva etapa de entendimientos. El 25 de agosto de 1903, el gobierno paraguayo donó al Uruguay un terreno en el que el General José Gervasio Artigas viviera los últimos cinco años de su vida, hoy conocido como “Solar de Artigas” ubicado en el Jardín Botánico de Asunción y en el algunos años más tarde se fundara la “Escuela Artigas” que ha venido contribuyendo a la formación y enseñanza de varias generaciones de paraguayos y uruguayos por más de 90 años.
En 1915 el poeta uruguayo Juan Zorrilla de San Martín visitó Paraguay en ocasión de las fiestas de la independencia nacional (25 de agosto) organizada por los uruguayos residentes en Asunción. En julio de este año, la Intendencia de Montevideo denominaba las calles “Paraguay” y “Curuguaty”, y unos años más adelante hacía lo propio con las calles “Carlos Antonio López” y “Ansina”.
Fue también en 1915 cuando el Gobierno uruguayo decide devolver una bandera que se consideraba asociada al conflicto de 1865 abriendo paso a un nuevo revisionismo de las representaciones del conflicto de la Triple Alianza. En febrero de 1915 llegó a Asunción Don José María Fernández Saldaña en su condición de Comisionado Especial por el Gobierno uruguayo para hacer entrega de la bandera al Presidente Eduardo Schaerer quien dispuso ubicarla en el Museo Nacional de Bellas Artes de Asunción.
En 1932 Luis Alberto de Herrera, uno de los más decididos críticos de la participación del Uruguay en la Guerra del Triple Alianza, se trasladó a Boquerón para dar su apoyo al Gobierno y pueblo paraguayo por entonces en guerra con Bolivia. En esa oportunidad asistió a la ceremonia presidida por el Presidente Eusebio Ayala por la cual se ascendía al Comandante José Félix Estigarribia al grado de Coronel.
Asimismo, en 1935 (a 50 años de la entrega de los trofeos de Guerra por parte del Uruguay) el propio pueblo uruguayo – liderado por una Comisión Nacional denominada “Pro Paraguay” – entregó al Gobierno de Eusebio Ayala un libro conteniendo 52.000 firmas de ciudadanos uruguayos (que se exhibe también en la presente Muestra) en el que se explicita el sentimiento de fraternidad entre ambos pueblos y los deseos de una paz permanente.
Más recientemente, el Presidente José Mujica en su discurso ante el Congreso paraguayo el 16 de Agosto de 2010 expresó de manera inequívoca que: “ … los uruguayos tenemos un sentimiento de deuda con la historia del pueblo paraguayo. La guerra de la Triple Alianza empezó en nuestro pequeño país. Cuando se hace el balance histórico, no sólo perdió Paraguay, perdió América Latina entera porque Paraguay era un banco de prueba de un tipo de modelo de autodesarrollo endógeno posible en el marco de su época, que las potencias industrializadas no podían tolerar … .
La exhibición de 21 fotografías de la Guerra contra el Paraguay y de los trofeos de guerra devueltos por el Gobierno uruguayo animan decididamente a mantener encendida la memoria de una guerra genocida que enfrentó a países y pueblos hermanos – el uruguayo y paraguayo – los cuales a lo largo de los años, casi porfiadamente, han reencauzado el ineludible camino del entendimiento, hermandad, cooperación y a los que los unen las necesidades del porvenir.
La obra fotográfica de BATE & CÍA
Cuando se inicia la Guerra de la Triple Alianza, algunos fotógrafos marcharon juntos a las tropas a registrar los momentos del conflicto. Entre éstos acudió un corresponsal y fotógrafo enviado por la Casa Bate & Cía, empresa uruguaya propiedad de inmigrantes norteamericanos, que operaba desde Montevideo.
La Casa Bate & Cia siguió como ejemplo lo ocurrido unos años antes en la Guerra de Crimea (1853 – 1856) en la que participó Roger Fenton considerado el primer fotógrafo oficial de guerra, quien utilizó un estudio móvil llamado “furgón fotográfico” y cuyas imágenes fueron utilizadas por la Corona británica para contrarrestar la aversión general del pueblo a una guerra impopular y compensar los relatos antibélicos del periódico The Times.
El otro antecedente lo constituyó la cobertura fotográfica de la Guerra de Secesión norteamericana (1861- 1865), la más ambiciosa de la historia hasta entonces, en la que Mathew Brady y un grupo de 20 prestigiosos fotógrafos se trasladaron al campo de batalla con laboratorios móviles y daguerrotipos, obteniendo un enorme éxito comercial.
George Thomas Bate – inmigrante irlandés fundador de esta empresa en Montevideo – había sido testigo de la explosión de la fotografía de la Guerra de Secesión y del consecuente éxito de la comercialización de las imágenes. Fue así que la Casa Bate & Cía encomendó a Javier López la cobertura fotográfica in situde la Guerra de la Triple Alianza, quien llevó adelante dos viajes a los campos de batalla.
No existen imágenes del combate propiamente. En este conflicto y en los dos anteriores no se respetaba aquello de Robert Capa (afamado corresponsal gráfico de guerra húngaro del siglo XX) de que: “Si tus fotografías no son lo suficientemente buenas, es que no estuviste lo suficientemente cerca”. No se podían correr riegos.
En consecuencia, las fotografías de guerra de fines del siglo XIX tenían muchas limitaciones de orden técnico. Los tiempos de obturación eran demasiado lentos para fotografías de acción y las imágenes obtenidas eran su mayoría bastante estáticas (trabajándose con placas de vidrio de 24 x 30 cm).
Los fotógrafos de la época – como Javier López – se instalaban en una carpa con una cámara, un trípode y un laboratorio móvil que se montaba en tiendas de campaña – a diferencia de Crimea y EEUU donde los técnicos habían empleado amplios carromatos acondicionados para ese fin -.
En consecuencia, la mayor parte de las imágenes de la Casa Bate & Cía – que fueron tomadas desde el frente aliado – no ilustraron a combatientes paraguayos sin perjuicio de que fueron retratados varios prisioneros, legionarios e incluso cadáveres.
Se estima que la cantidad total de fotografías obtenidas por aquellos que acudieron a la Guerra contra el Paraguay no fue numerosa. La Casa Bate & Cía llegó a comercializarlas en álbumes conteniendo diez imágenes en su interior a través de la prensa de la época (“El Siglo” y “La Tribuna de Montevideo”), aludiendo a este conflicto como la “Guerra Ilustrada”.
La devolución de los Trofeos de Guerra
Uruguay fue el primero de los países participantes de la Guerra de la Triple Alianza que devolvió los trofeos al Paraguay.
La participación del Uruguay en el conflicto estuvo determinada por cuestiones de política interna, generando fuertes rechazos en la población uruguaya. Esto explica, al menos en parte, las inmediatas iniciativas del Gobierno uruguayo para restablecer los lazos históricos con Paraguay a pocos años de finalizar la Guerra.
En 1885, el Presidente uruguayo Máximo Santos dirigió un mensaje al Parlamento solicitando la devolución de los trofeos de guerra, obteniendo el necesario respaldo parlamentario.
En ese mismo año una comitiva de 5 personas presidida por el entonces Ministro de Guerra Don Máximo Tajes, el Senador Carlos de Castro, los Diputados Nicolás Granada y Clodomiro Arteaga y el Dr Lindoro Forteza arribó a Asunción entregando oficialmente al Presidente Bernardino Caballero los siguientes trofeos: un peto de armadura de coraza de metal; un espaldar de armadura de coraza de metal; dos quepís de cuero de las tropas de la caballería paraguaya; un rebenque de alpaca y cuero utilizado por los jinetes de la caballería paraguaya; una montura de cuero utilizada por la caballería paraguaya; un fusil a chispa de procedencia francesa; una bayoneta de fusil a chispa para el combate cuerpo a cuerpo; un sable de Oficial paraguayo curvo con vaina y un sable perteneciente a un Oficial de la Armada Paraguaya con dragona y vaina. Todos estos trofeos bélicos son exhibidos en la presente Exposición por la generosa autorización del actual Gobierno paraguayo.
El Gobierno del entonces Presidente Bernardino Caballero, como gesto de retribución al Uruguay decidió renombrar la entonces Plaza San Francisco y para lo sucesivo con el nombre de Plaza República Oriental del Uruguay.
Selección de contenidos y publicación: Maestra Marisa González